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The Last Dance

Mariana Crocano anuncia que deja de jugar a fin de temporada: «Me convencieron para seguir un año más. Y quiero retirarme vigente, no hecha un desastre».

Decir Mariana Crocano en Uruguay es decir futsal femenino. Con quince campeonatos sobre sus hombros, los últimos siete conseguidos en forma consecutiva con las aurinegras, la histórica capitana -cerca de cumplir 37- afronta su última temporada como jugadora. Sí, Crocano colgará los botines a fin de 2025, algo que ya venía asomando en su cabeza desde el año pasado. Sobre esta decisión, los títulos de Peñarol, las dificultades para pelear una Libertadores y su no presencia en la selección uruguaya en el último tiempo, habló con nosotros a horas del debut en el torneo.

– Siete años de Peñarol en el sala femenino y siempre con la obtención del campeonato. ¿Cómo valorás este proceso?

Pertenecer a Peñarol es algo muy lindo. La gente que me conoce sabe que soy hincha a muerte de este club y formar parte de esta historia me pone orgullosa. Cuando arrancamos con esto hace siete años nunca me lo imaginé, de poder seguir tantos años, y segundo el hecho de haber ganado todos los años. Es soñado.

Hubo un voto de confianza en el inicio del proceso, de parte del presidente de aquel momento, que era Víctor. La mano de Lalo Fresia, que también apostó por nosotras. Y bueno, acá estamos. Hay una base de todos estos años y es la que hoy en día celebra todos los logros que hemos obtenido.

– El año pasado se les hizo cuesta arriba. Al igual que en 2022 tuvieron que pelear el torneo de atrás contra Nacional y ganar las dos finales…

Es el segundo año que ganamos sin tener la ventaja deportiva. No tener ese plus ya te condiciona, y sí o sí tener que ganar la primera final para forzar la segunda. Fue un poco en lo que nos centramos el año pasado. Veníamos de no conseguir resultados favorables contra ellas durante el campeonato, el trabajo del cuerpo técnico pasó por exigirnos. Somos un grupo muy demandante, que siempre quiere más, y creo que por ahí está la explicación de porqué sacamos el torneo adelante. Por no dejarnos estar, por estar pensando todo el tiempo en los errores que teníamos y cómo podíamos mejorar. Los clásicos son difíciles, y al no haberlos ganado en el año eso nos generaba un peso que supimos transformar en un aliciente.

– ¿Qué pasaba en las prácticas y en el vestuario antes de esos partidos clásicos de definición, sobre todo en el primero?

Había mucho nerviosismo. Antes de jugarlo siempre hay ansiedad de no saber lo que va a pasar. Son cuarenta minutos y se podía terminar todo ese día, o aplazarlo una semana más. La satisfacción de haber llegado a una nueva final siempre está, pero ni que hablar las ganas de volver a levantar otra copa. Después en el partido, no fue el mejor primer tiempo que tuvimos, al contrario, nos fuimos perdiendo. Y creo que en el entre tiempo fue el momento del cachetazo, de darse cuenta que había que salir como sea por todo. Las más experientes tratar de trasmitirle la tranquilidad a las más jóvenes. Y se logró dar vuelta la historia, con un marcador abultado que no era lo pensado. Ya la segunda final, que hubo que afrontar con la baja de una jugadora por expulsión (Fefa Suárez), tampoco fue el mejor inicio. Tuvimos bastante errores y el rival aprovechó. Por suerte con la rotación nuestra, que creo es más grande que la de ellas, empezó a pesar el agotamiento de su lado y logramos revertirlo. Pasó más que nada por ahí. No recuerdo bien qué hablamos, pero siempre estuvo presente el famoso no hay mañana. Palabras más de aliento que de lo técnico táctico.

– Rodrigo Figares asumió como técnico después de un largo tiempo con el Pelu Izquierdo. ¿Cómo van con el cambio?

Adaptándonos a la forma que quiere Rodrigo. Seis años con el Pelu es mucho tiempo. Ya conocíamos hasta las caras de si lo que estábamos haciendo estaba bien o estaba mal. Así que en período de adaptación a la propuesta, tratar de tener la confianza de que es lo mejor para nuestro equipo. Por ahora no mucho más que eso porque vamos unas doce prácticas aproximadamente y ahora se viene lo lindo. A partir de ahí se trabajará en lo que haya que mejorar, y aprender de él también. Conocer cómo se va a manejar con el grupo en los partidos.

– ¿2025 es tu último año como jugadora?

En realidad el año pasado era mi último año. Me quería ir con el título número 7, que hace alusión a la camiseta que uso desde hace mucho tiempo. La idea era esa, retirarme en 2024. Pero surgió la posibilidad de ser locales en el Palacio, y como jugadora-hincha que soy me gustaría hacerlo jugando una temporada ahí. Me convencieron para seguir un año más. Y quiero retirarme vigente, no hecha un desastre, por lo menos teniendo minutos en cancha. Así que eso voy a intentar este año. Jugar, aportarle experiencia a mis compañeras, siempre del lado de sumar.

– Después de una muy buena Libertadores muy buena en el 2019 que salen cuartas, a Peñarol le ha costado figurar en esa competencia. Desde lo futbolístico, ¿dónde creés que está el debe para pelear más arriba?

Creo que viene por un lado de que los equipos que van a la Copa se están reforzando mucho mejor. Traen jugadoras de Europa. Aparte de la liga local, el apoyo, y las cosas que podrían mejorar acá, no me parece un tema futbolístico en sí. Es un tema de la preparación de las jugadoras. En otros lugares viven y se dedican al fútbol sala, y acá ninguna está cien por ciento para eso. Para mí pasa por ahí más que nada. Sacando eso, creo que después, si ponés mano a mano a cualquier jugadora uruguaya, las condiciones futbolísticas están para hacerle partido a cualquiera.

Y también otra cosa, que nos pesa mucho en las Libertadores, es la seguidilla de partidos. El jugar todos los días genera un desgaste grande. Pero es lo más lindo que tenemos hoy en día, además de las finales de campeonato, el volver a jugar una Copa. Es a lo que apuntamos y a tratar de figurar más arriba a nivel internacional. Es un poco el objetivo de Peñarol este año también.

Foto: SalaCAPFem

– En la Copa América del 2023 quedaste afuera de la selección en el último corte. En esta última no te llamaron. ¿Qué te quedó en ese sentido con respecto a este ciclo?

Tendrías que hablarlo con los técnicos que estuvieron, tanto en el 2023 como en la última. Yo soy  una jugadora más, y si no te citan obviamente no vas a ir a caretearla. Ni tampoco a llorar ni nada.  Para esta última en realidad no me puse a pensar en nada porque directamente no estuve convocada.

– Pero la ve anterior sí fuiste parte y no quedaste en las 14…

Del año que quedé desafectada no me dieron razones ni explicaciones, ni tampoco las pedí. Cada uno tendrá sus motivos, su manera de jugar. Son decisiones técnicas y hay que respetarlas. Así como cuando te sacan el entrenador y te deja en el banco. Pasa por ahí.

– El torneo femenino 2025 se denomina Alejandra Laborda, con la que jugaste mucho tiempo. ¿Qué te genera esta denominación?

Me parece una muy buena idea de AUF de poner el nombre de jugadoras que hayan tenido una trayectoria en el fútbol sala. Alejandra Laborda fue una de las mejores jugadoras y una referente para mí, igual que Marisa Chazarreta que el torneo el año pasado llevó su nombre. Está lindo ese reconocimiento. Ale fue muy importante, muy buena compañera. Aprendí mucho con ella y hoy trato de compartir muchas de esas cosas. Está bueno que las jugadoras jóvenes sepan quiénes fueron las referentes y que iniciaron este deporte.

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