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El perro verde con Andrés D’Alessandro

«Hay que tener más competencia y crear jugadores de futsal. Que se enamoren del deporte desde niños», aseguró el exjugador de la selección y actual dirigente de AUF.

Llegó a la Mesa Ejecutiva en el 2019 de la mano del impulso de la gremial de jugadores y la nueva estructura de AUF. Jugó Mundiales, Eliminatorias, Libertadores y un sin fin de ligas uruguayas con las camisetas de Banco República, los grandes y Malvín. De su extensa carrera, de su breve experiencia como entrenador y de sus desafíos como dirigente, El Show conversó con Andrés D’Alessandro.

– El año pasado se dio su integración a un órgano de AUF, ¿cómo evalúa lo que fue su llegada y primera etapa de trabajo en la Mesa Ejecutiva?

Con los cambios de estatutos en la AUF, una representación en la Mesa quedó para los jugadores. Me ofrecieron el año pasado si me interesaba ese cargo, y me pareció una buena idea poder ser el nexo entre los jugadores y la Mesa. Hay que escuchar las ideas de los jugadores que son los actores principales de esto y pocas veces son escuchados. Un poco era eso, hacer presentes las ideas de los jugadores, que sean consideradas. Cuando asumimos agarramos un campeonato que ya estaba armado. El año fue tratando de resolver cuestiones de ese campeonato más que nada e ir armando este 2020 que por ahora viene complicado. No se pudo ni arrancar y ahora estamos con una incertidumbre que no sabemos qué va a pasar. Estamos a la espera de cómo se va a dar todo esto.

– ¿Cómo se dio el contacto y qué sintió por el hecho de ser elegido por los jugadores para ocupar ese lugar?

A mí me contactan Damián Baptista y Federico Fedele. Me llaman y me comentan de esta nueva opción que había para los jugadores. Ellos querían proponer mi nombre, yo les dije que sí. Sé que estuvieron hablando con otros exjugadores y al final se decidieron por mí lo cual es muy gratificante. Yo ya hace unos años que dejé de jugar y que los que siguen en actividad y son referentes, hayan pensado en una persona que podía darle una mano en esto estuvo bueno. Por eso me parece importante dar lo que se pueda ya que ellos confiaron en mí.


– Había una perspectiva interesante para esta temporada, con un arranque previsto para marzo y más categorías. ¿Qué esperaban ustedes de este 2020?

Ya en octubre del año pasado habíamos planificado un campeonato a dos ruedas con Play Offs y una Copa de Plata también. Además la idea de que haya dos categorías juveniles obligatorias en varones (sub-20 y sub-17) más la sub-20 en femenino también obligatoria, ya que este año iba a haber Sudamericano. Esa fue la idea que se planteó el año pasado. Este año en el Consejo de Liga algunos cuadros pusieron algunas objeciones y se estaba definiendo bien cuando se trancó todo. La idea es esa, tener más categorías juveniles para que haya más jugadores y mejores formados desde chicos. También se estaba viendo de hacer cursos de entrenadores, pero todo eso está en una gran nebulosa. Qué campeonato vamos a tener y qué recursos se le van a destinar.

– ¿Cuáles piensa serían los dos o tres puntos principales a atacar para qué nuestro fútbol sala uruguayo pueda empezar a crecer paulatinamente? ¿Por dónde empezaría usted?

Hay un montón de cosas para hacer. No tengo claro cuáles serían las principales si hay que elegir dos o tres. Creo que una fundamental sería jugar más y de más chicos. Hay que tener más competencia y crear jugadores de futsal. Que se enamoren del deporte desde niños. Llegar a ellos y enseñarles desde temprano. No es fútbol, esto es otro deporte. El fin es el mismo, meterla adentro del arco, pero el deporte es totalmente distinto. Hay que crear técnicos, hacer cursos para que esos técnicos puedan enseñarle a los niños. No podemos tener jugadores que a veces llegan a sub-20 sin tener las bases del deporte. Hay que buscar la forma de que sea atractivo, buscar sponsors, buscar marketing, que se arrime la televisión. Hay un montón de cosas para hacer, pero me parece que lo fundamental es la competencia. Jugar y entrenar desde niños. Yo empecé en la escuelita de Banco República a los 9 años y teníamos campeonatos en Pando, en Minas que estaban buenísimos (época del fútbol de salón). Eso se fue perdiendo y hay que recuperarlo.

– De su etapa de jugador… Usted se va de Banco a Peñarol muy joven. En sus inicios compartió equipo con jugadores históricos incluso en la selección. ¿Cómo recuerda esa primera etapa del futsal?

Como le decía yo arranqué en la escuelita de Banco con el “Pelado” Julio Martínez, y en el 96 me vino a buscar el Chopo Muniz que era el técnico de Peñarol. Al principio de año estaba jugando los dos deportes, fútbol de salón en Banco República y futsal en Peñarol. Hasta que a mitad de año viene el Chopo y me dice que está la posibilidad de jugar en la selección. Ahí yo dejo de jugar en Banco y quedo entrenando con Peñarol y la selección. Así a fines del 96 voy al Mundial de España con 18 años, comparto grupo con Chocolondo Nuñez, el Cubano Guerra, el Pípi Piñeyro que también jugaba en España. Y también fenómenos de acá: Mauro Roibal, Pablo Lamanna, el Pico (Rodríguez), Diego Imperio, Daniel Varela, era tremendo plantel. Una experiencia enorme ya entrenar con ellos, el Mundial con una gira previa. Fue de las experiencias hermosas que tuve en el deporte.

Abajo a la izquierda, Andrés en el Peñarol campeón uruguayo 2004.

– Y de su paso posterior por Europa ¿qué le quedó para después aplicar acá? ¿Qué percibía en ese momento, ya hace quince años, sobre las diferencias que había con nuestro medio?

Previo a mi ida a Europa está el Mundial de Guatemala en el 2000. Lo cuento porque es cuándo empiezo a compartir plantel con Pichu Skurko, que para mí fue uno de los compañeros más notables que tuve en el futsal. Es el que me lleva a Italia en el 2002. En realidad yo primero voy a España, a Valencia, me consiguió el Chopo Muniz para irme. Me iba con pasaporte italiano porque supuestamente ese año en España salía el tema comunitario que no terminó saliendo y Valencia ya tenía el cupo de extranjeros completo. Me iban a ceder a otro equipo pero Pichu me llamó para irme a Italia con él a Reggio Calabria. Tratando de salvar las diferencias de que allá estábamos como profesionales, entrenábamos dos veces por día todos los días, y teníamos la cancha, el preparador físico, médico, salvo nosotros y un brasileño y un italiano los demás todos trabajaban o estudiaban. El doble horario, el alimentarse correctamente, todo eso hacía que se notara mucho la diferencia. Eso es lo primero que notás, que entrenás y jugás muchísimo. Viajás por toda Italia. Te estoy hablando de hace 18 años, y eso acá sigue siendo impensable.

– Siguiendo con su carrera, le tocó mucho tiempo defender a la selección. Además de ese comienzo tan joven luego tuvo dos Eliminatorias con sabor distinto, en 2008 clasificando pero sin poder ir al Mundial y en 2012 quedando en la orilla ya con usted como referente. ¿Qué sensaciones le quedaron de esas experiencias con Uruguay?

Tuve la suerte que desde el 96 que entré en la selección seguí jugando hasta el 2012. Y en ese período jugué cuatro Eliminatorias, clasificando a dos Mundiales y quedando afuera de dos. Sabores dulce y amargo del deporte. Las últimas que usted comenta, una fue en Mercedes, la del 2008. Estuvo muy buena. Hicimos una preparación excelente y sacrificada. Nos levantábamos a las seis de la mañana para ir al gimnasio, después cada uno hacía sus actividades y volvíamos a la noche para entrenar en el Cilindro. Se hizo una gira previa por España que consiguió Daniel Darino, que era el técnico en ese momento. Allí también hubo sacrificio por parte de los jugadores porque no había viático ni nada. Y se hizo acá en Uruguay, lo que era una motivación extra para todos. La gente de Mercedes hizo un esfuerzo tremendo, estuvo muy bien organizado y tuvimos la suerte de clasificar al Mundial. Después por problemas externos totalmente a los jugadores, se decide sacar al técnico y se nombra a Gustavo Sánchez. Ahí se da una serie de hechos que no compartimos muchos en el plantel. Yo creo que no hubo un respaldo de parte de los dirigentes hacia los jugadores después de todo el sacrificio que habíamos hecho. Lo hablé con Pancho Brizolara en aquel momento, también con Gustavo Sánchez después. Creí que se debía respetar al grupo que clasificó. No estoy diciendo con esto que todo el plantel tendría que haber ido. Entiendo que cada técnico tiene sus gustos. Pero en un deporte amateur como el nuestro y después de todo lo que habíamos hecho creo que nos merecíamos un respeto por lo logrado y haber ido por lo menos la base del grupo al Mundial. No fue así, más allá que Gustavo en un momento flexibilizó sus opciones, con algunos jugadores como Santi Blankleider decidimos renunciar. No me parecía correcto ir a ese Mundial.

Con respecto a la otra Eliminatoria (Gramado 2012) se trabajó bien, era muy lindo plantel, con mucha gente joven y muy buenos jugadores. Yo ya era de los “veteranos” del plantel. Y bueno, quedamos cerca de ir y no se logró. Quedé con un sabor amargo porque yo ya sabía que era mi última Eliminatoria. No se pudo dar, lamentablemente quedamos en la orilla.

D’Alessandro en la asunción de la nueva dirigencia del futsal en 2019.


– En 2016 tuvo una experiencia como entrenador de Malvín. ¿Qué le quedó de esa temporada que fue la única como DT?

Sobre la experiencia como técnico me quedó que una cosa es saber el deporte y otra cosa es enseñar el deporte. Por eso digo que tiene que haber cursos de entrenadores para enseñar a enseñar. Esa fue una falencia grande que tuve yo. No pude llegarles a los jugadores con la idea que tenía. No solo del punto de vista técnico sino que tampoco logré motivarlos para que estuvieran al cien por ciento. Por eso no tengo un grato recuerdo de mi pasaje por Malvín, no por el grupo sino porque no logré estar a la altura de lo que pensaba que podía dar.

– Tuvo también una posibilidad de dirigir Peñarol. ¿Porque no se dio?

Mantuve una reunión con Mario Pizzorno y Carlos Silva en su momento. Había un planteamiento de una cantidad de días para entrenar que yo en principio no podía comprometerme. Se habló, hubo una chance cierta, se manejaron otros nombres y terminaron decidiendo por el Dani Varela. Sin problemas. Son cosas que pasan. Quedó en una charla y no hubo más que eso.

– Por último, ¿qué opinión tiene sobre la actualidad de la selección uruguaya y las dificultades que ha tenido últimamente para lograr resultados?

Creo que el problema está en que a nivel internacional todos los cuadros crecen más que lo que crecemos nosotros. En este tiempo que estuvo Diego al frente de la selección he visto cosas interesantes, crecimiento a nivel de juego, la parte técnico-táctica, pero no tenemos competencia local fuerte como para que los jugadores levanten mucho su nivel. Vos tenés que irte a jugar afuera para estar en ligas más exigentes o a largo plazo levantar lo local para estar a la altura a nivel internacional. Entiendo que se ha hecho un muy buen trabajo desde el cuerpo técnico como también del apoyo dirigencial. Obviamente hay cosas que por ser amateur, fallamos. Pero la sensación que queda, también hablando un poco con Diego después de lo que ha pasado, es que se hizo todo lo posible y quedás ahí. Estamos peleando por entrar y nos estamos quedando afuera de los Mundiales. Creo que no tenemos más chance que laburar mucho, levantar la competencia. Tener jugadores que puedan irse al exterior para que vengan con otro ritmo, con un estilo más aggiornado, otra dinámica. Eso es lo que nos falta acá y se refleja después en la selección.  

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