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Después de tanto tiempo, sucedió

«Jugué un montón de torneos con la selección, pero ninguna Eliminatoria. Me quedo con la espina de la del 2012», aseguró Gabriel Debat, a dos años de su alejamiento del deporte.

Sus últimos cartuchos como jugador de futsal los entregó en la primera parte de la temporada 2022. Unos pocos partidos con Boston River redondearon un regreso trunco, y el alejamiento de una disciplina que lo tuvo como protagonista por varios años.

Líbero clásico, sangre de salonista, ocho años vistiendo la Celeste, fue además el primer pentacampeón de forma consecutiva que tuvo nuestro deporte a nivel local, con sus cuatro títulos con Peñarol y la primera estrella de Old Christians.

En la actualidad juega al fútbol con amigos cada tanto, instalado en el Este del país, y esperando la posibilidad (o que lo pique el bichito) para empezar su carrera como director técnico. Hoy el Perro Verde, mano a mano con «El Mariscal», Gabriel Debat.

– ¿Cómo es su vida en el presente y cuándo fue su último vínculo con el fútbol sala?

Actualmente vivo en Rocha, en Aguas Dulces, completamente alejado del futsal . Si voy a volver a jugar o dirigir, no lo sé realmente porque no tengo la bola de cristal. Ahora te diría que no, pero uno nunca sabe. Mi última vez fue en 2022 en Boston River, pero creo que no llegué a dos meses y largué. Fue un breve paso por Boston, sin pena ni gloria.

– Hizo el Curso de entrenador y está diplomado por AUF. ¿No han aparecido opciones para empezar a dirigir?

Sí. Yo tenía experiencia en la docencia porque soy profesor de matemáticas. También soy educador en un centro juvenil. Y además había tenido la experiencia con la escuelita de fútbol sala de Peñarol, que fui uno de los fundadores y de los que presentó el proyecto en el 2013. Más o menos el perfil lo tenía y el año que salió la posibilidad de hacerlo lo hice. Venía el español Venancio López, que todos sabemos que es una eminencia del deporte, así que qué mejor oportunidad. Hice el curso y tengo la Licencia A como técnico. Propuestas serias no he tenido ninguna. Solo sondeos, algún mensaje de algún conocido. Pero nada formal.

– ¿Se siente preparado?

Preparado obvio que me siento preparado. Como también te puedo decir que lo puedo jugar, o ser dirigente, cualquier cosa que tenga que ver con el deporte porque lo conozco y me parece que si me pongo a hacer algo con ganas, lo hago bien. Lo que pasa es que por ahora no está en mis planes por lo menos para 2024. Pero como te dije recién, uno nunca sabe…

Debat vistiendo la casaca del carbonero.

– Hablemos un poco de sus inicios. ¿Su padre era jugador también, no?

Mi padre jugó al fútbol sala igual que yo. Más bien al fútbol de salón. Jugó en Banco, en Peñarol, en Bohemios. Anduvo por muchos cuadros. Y yo también seguí este deporte. Hubo un tiempo que hice Baby Fútbol y llegó el momento de elegir. A los 16 ya estaba jugando sala, y en mi último año de sub-17 es que Miguel Quintas me hace debutar en mayores, un partido Banco-Old Christians en Colonia, al cierre del campeonato. Ya al año estaba siempre con la mayor.

Yo desde muy chico iba a Banco República, desde los 7 años que voy al club. Recuerdo que había una escuelita de futsal, desde los 9 a los 12, y después ya empezabas en sub-15. Porque en esa época era un deporte que jugabas en todas las categorías, no como ahora que yo, mirándolo desde lejos, veo que ha empeorado un montón en formativas. En esos años había 10, 12 cuadros por categoría. Se hacían torneos entre las escuelitas.  Eso ha cambiado mucho. Hasta Banco, un cuadro histórico, dejó de jugar en Primera. Pero bueno, los tiempos han cambiado, económicamente no da para cubrir los costos. Me imagino que van a terminar jugando 4 o 5 cuadros que puedan pagar, y el resto suerte en pila.

– Estuvo en varias etapas en Peñarol. Primero un año en Sub-20 donde fue campeón, y luego distintos tramos en Primera. ¿Qué recuerda del tricampeonato 2010-2012?

Era un equipo joven pero con mucha hambre de ganar. Es verdad que no se ganaba nada hace muchos años (desde 2004), y en mayores venían siendo fuerte Nacional y Old Christians. Se apostó por parte del entrenador, que era Aníbal Roba, por una base joven, y algunos jugadores un poco más grandes como el “Café” Sotelo, Nicolás Olivera, Sebastián Eguren, Sebastián De la Concepción, el “Gallego” Huertas. El resto teníamos entre 19 y 21 años. Se lograron grades cosas, fueron muy lindos años.

– ¿Qué características tenía ese equipo?

Era un equipo muy agresivo y con mucha intensidad en la parte defensiva. Con un gran golero. Y grandes jugadores también, por eso logramos lo que logramos. Era muy difícil a nivel local perder algún partido. No sé en esos tres años cuántos partidos habremos perdido. Son cosas que quedan como recuerdo.

– Tiempos después las cosas no salieron bien ¿Cómo lo vivió?

Del 2015 al 2018, esos años fueron malos deportivamente. No se consiguió nada. Pero ahí viví de todo. Fue parte de mi vida cotidiana Peñarol. Iba prácticamente todos los días. Estaba con los que jugaban, con los que trabajaban, con los dirigentes de antes, los de después. Hubo momentos de alegría, de tristeza. Me quedo con las cosas lindas. Por diferentes motivos no seguí. No fue porque yo no quisiera. Se tomó la decisión de no contar más conmigo en el arranque del 2019 y nada.. después de eso no tuve ningún contacto más con la institución. Pero tengo el recuerdo de los mejores años deportivos de mi carrera.

– También cuenta con un paso de mucho tiempo por la Selección ¿Cómo resume su actuación con Uruguay?

Jugué muchos años en la selección. Mi primera citación fue en el 2011 y la última en 2019. Jugué un montón de torneos, Copa América, Grand Prix, amistosos, pero no estuve en ninguna Eliminatoria, ni en 2012, ni en 2016 ni en 2020. Creo que la del 2012 fue la que me quedó con la espina en aquel momento. Porque era el líbero titular indiscutido del equipo tricampeón uruguayo y el técnico de ese entonces citó a los tres líberos de Nacional. Y era el técnico de Nacional además. Me quedó esa espina porque creo que había buen plantel para clasificar al Mundial del 2012. Ya pasó, son cosas que suceden. Los técnicos toman decisiones y me tocó no ir en el mejor momento de mi carrera.

– ¿Alguna otra cuenta pendiente en el deporte?

También me quedé con las ganas de que con el Peñarol del 2010 o 2011 pudiéramos ir a jugar la Libertadores. Porque esos años que salimos campeones no se organizó la Copa y no pudimos competir con ese equipo a nivel sudamericano y medirnos. Fijate que los campeonatos amistosos que tuvimos con equipos argentinos con Pincocho, La Ñata y otros, había paridad absoluta y ganábamos nosotros muchas veces. Hasta jugamos con el Fisiomedia Manacor en 2012 y empatamos 2-2.

– ¿Y sobre estos años en el cierre de su carrera qué se puede decir? ¿Qué gusto le deja?

En Banco 2019 juego más que nada porque en ese momento estaba citado en la selección, y para estar en la selección necesitaba estar en un equipo. En Banco no juego muchos minutos pero me sirve para quedar convocable. Todo ese año jugué todos los torneos internacionales con Uruguay, preparando la Eliminatoria. Después por temas personales yo me bajé. Se jugaba en enero/febrero 2020 y yo estuve hasta diciembre entrenando, hasta que no pude continuar.

Luego vino la pandemia, y volví en 2022 para jugar en Boston. Muy cortito tiempo. Ya estaba con problemas en la rodilla. Me infiltré hasta que en un momento el dolor ya era bastante. Decidí parar un poco porque no aguantaba los entrenamientos tan seguidos. Las cosas no son como uno quiere muchas veces. Son como son y suceden… Estaba y estoy en una edad que podría seguir jugando, pero por temas físicos tuve que dejar. El dolor en la rodilla era terrible. Pensando en poco en que soy  joven y que me queda una vida por delante, y que me gusta hacer otros deportes como surf y voley, seguir arruinándome la rodilla no estaba bueno. Por ese motivo dejé por completo.

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