2001: la revancha de un equipo de galera y bastón que salió campeón invicto
Expediente Secreto #9 Pablo Lamanna y Gabriel De Simone, antes de partir a Italia, le hicieron ganar a Banco República su único título en la historia.
En la séptima temporada que se jugaba futsal bajo la órbita de AUF, se rompió la hegemonía de los grandes. El Club Banco República, un histórico de la disciplina, gran formador de jugadores y protagonista habitual de esos años, lograba sacarse la espina del año anterior, cuando había perdido las finales con Nacional.
Aquella definición del 2000 había dejado uno de los momentos más recordados por mucho tiempo, cuando tras un gol de Banco (el del empate parcial), el equipo tricolor mueve del medio mientras los rivales festejaban apilados a un costado, y Aguirre Zabala convierte desde media cancha con arco libre. Líber Prudente da el gol y desata la polémica. Los de Pocitos se “sacaron”, lo que fue en detrimento de su rendimiento y por ende del resultado. Esos partidos entre el CBR y Nacional eran como clásicos, de altísimo nivel, convocando a centenares de personas al Cilindro Municipal, donde se jugaba todo el campeonato.
Llega entonces el 2001, una temporada que sería redonda para el equipo. La base se mantuvo, llegaron un par de refuerzos, y una muy buena camada de jóvenes de la casa empezó a ganar lugar. “Nosotros teníamos un cuadrazo mal. Ary Erdman que venía de Hebraica. Daniel Ríos, el “Rata” Rafael Ratt, el “Pico” Rodríguez, el Gaby De Simone, el “Chalito” (Gonzalo Rodríguez) que ya jugaba pila. Juveniles como Nico Salaberry, Kelo Urraburu, Blankleider. Tremendo año. En realidad todos esos años estuvieron buenos. Los otros equipos que estaban fuertes eran Nacional y Peñarol. Tuvimos la suerte de ganarlo”. El recuerdo pertenece a Pablo Lamanna, sin duda alguna, la gran figura del equipo.
Lamanna era ya un clase A de nuestro medio. Otro en ese nivel, que ya acumulaba títulos de campeón defendiendo a Peñarol, era Mauro Roibal. El mítico arquero sufre una lesión al final de la primera rueda que lo deja fuera por el resto de la temporada, algo que engrandece el logro de los bancarios. “Mauro se lastima, y en la segunda parte del año termina atajando el ‘Gordo’ Javier De Sebo, que aparte anduvo volando”.

El DT del equipo era Gustavo Llano a principio del torneo (padre de Nicolás, hasta el año pasado jugador del club), pero a las pocas fechas deja por temas de tiempo, asumiendo en su lugar Nelson “Pato” Lasalvia. El flamante entrenador termina repitiendo lo que había logrado en 1978, cuando sale campeón Federal y Nacional por primera vez con Banco República como integrante del plantel. Sin embargo a fin de año las cosas no estaban bien y Lasalvia no sigue: “Se termina yendo porque tuvo problemas con los sub-20, no me acuerdo bien. Se armó un relajo bárbaro”, cuenta Lamanna.
Otro que rayó a gran altura ese campeonato, siendo toda una revelación para el medio, fue el actual técnico de la selección uruguaya, Gabriel De Simone. “2001 fue mi primer año en Banco. El año anterior había arrancado futsal como profe, que me había recomendado Pablo para River. Pero el técnico, Daniel Darino, me dijo para jugar también porque yo hacía fútbol en el interior, y empecé”.
“Se armó un lindo cuadro, que ya venía peleando campeonatos. La realidad es que salimos campeones de punta a punta, invictos. Siempre los jorobo a Pablo y a Chalo que tuve que llegar yo para sacarlos campeones, ja. Ellos me joden con que me enseñaron a jugar al fútbol sala. Que es la verdad”. Al año siguiente Gaby junto a Lamanna se van a Italia, donde hacen carreras paralelas, manteniéndose por casi una década en diferentes equipos de las principales categorías.
En 2015 Banco República estuvo a punto de repetir, obteniendo el vicecampeonato detrás de Old Christians, un equipo que justamente dirigía De Simone. Hoy, lamentablemente, la institución de Pocitos no sigue compitiendo en los cuadros de la Asociación. En la historia queda brillando su única estrella, la de una temporada formidable, ganando Torneo Apertura, Torneo Clausura y Campeonato Uruguayo.