El perro verde con Juan Custodio
«Necesitamos importar conocimiento y exportar talento a ligas de nivel», afirmó el salteño, quien también se refirió a la selección, el Peñarol campeón, su trayectoria y su futuro.
Después de un buen tiempo sin saber de él, el Perro Verde volvió a su viejo berretín de entrevistas mano a mano hablando de todo. En su nueva modalidad de teletrabajo, nuestro compañero desafió a Juan Custodio, figura de Peñarol y la selección en la última Eliminatoria de Carlos Barbosa.
-Primero que nada, que le dejó el 2019? El título con Peñarol, su nivel personal, el «reencuentro» con Sánchez…
Sin duda que después de un 2018 bastante movido, principalmente a nivel personal, por la pérdida de mi viejo y todo lo que eso conlleva, volver a ganar un título, sintiéndome bien en todos los aspectos del juego y sumándole el hecho de que él siempre quiso que jugara en el club, fue una alegría tremenda, algo que me debía. Con Gustavo tenemos una relación desde hace muchos años que ha sido muy cambiante, ya nos conocemos y eso hizo que todo mas fácil, él sabe lo que yo le puedo dar al equipo y tenemos algo en común, los dos odiamos perder. Creo al principio nos costó engranar como equipo, pero después del partido que visitamos a Río Branco, creo que la dinámica cambió y nos encaminamos a lo que fue la coronación con el título.
-Además de la llegada de los venezolanos, ¿qué cambió o evolucionó en el equipo para dar vuelta la pisada, sobre todo ante Nacional?
Creo que, erróneamente, se le dio demasiada trascendencia a la llegada de Carlos y Jesús, no porque sean malos jugadores, sino porque se subestima a los jugadores que ya estaban en el club. Como te dije, el click se hizo antes, en la goleada que le propinamos a Río Branco de visita y lo que cambió fue la dinámica, es complicado cuando sumás jugadores acostumbrados a ser ¨dominantes¨ en sus equipos, o jugar de determinada forma y llegan a un equipo nuevo, siempre hay un período de adaptación. No porque traigas más jugadores de nivel vas a cambiar algo que viene hace años, se necesitan talentos complementarios y trabajo.
Los clásicos, salvo las finales en las que ellos estaban muy diezmados, creo que siguen siendo parejos y lo van a seguir siendo, son partidos que por lo general se viven diferente, más cuando tenés jugadores que son hinchas. Siempre hay etapas, los últimos años venían siendo de Nacional, esperemos que el 2019 haya sido el comienzo de la de Peñarol.
-¿Qué opina de la liga actual? ¿Ve un ascenso en el nivel, aparición de jugadores que pueden trascender? ¿Cómo la ve respecto a hace diez años por ejemplo?
La liga, y creo que todo el entorno del Fútbol Sala uruguayo, sigue igual. El deporte evolucionó, pero lamentablemente para nosotros nada cambió. Hay unos pocos jugadores que entienden por donde viene la mano y de ese grupo, solo 3 o 4 han experimentado lo que es entrenar y competir a ese nivel de exigencia. Siempre aparecen buenos jugadores, pero generalmente son buenos para nuestro medio, después salen a competir con nuestra selección o algún torneo internacional y no es lo mismo, ese es un problema que siempre tuvimos. Necesitamos importar conocimiento y exportar talento a ligas de nivel, como por ejemplo la Argentina, esa es la única forma que tenemos de crecer.
–¿Qué puede hacer AUF o los clubes para atacar esta carencia que apunta?
El principal problema está en la dependencia que tiene el Fútbol Sala con la AUF, el deporte tiene que tener la libertad de generar ingresos propios y recibir los ingresos que pueden entrar de parte de Conmebol sin intermediarios, recién ahí se podrá empezar a pensar en ayudar a los clubes. Me consta que ideas hay, pero el principal obstáculo sigue siendo el tema económico, por lo que no es nada sencillo. Por ejemplo, si creas una escuela de entrenadores de Fútbol Sala, a quién pondrías como profesor de dicha escuela? Creo que la mejor opción seria traer alguien de afuera y eso cuesta dinero. Por ende, el primer paso es la autonomía.
-Vamos a la selección, ¿con qué se queda y con qué no del proceso y la Eliminatoria reciente?
Con que no me quedo es lo más sencillo, con el resultado. Creo que ir al Mundial era algo que todo necesitábamos y lamentablemente no pudimos lograr el objetivo. De todas formas se hizo un buen laburo, obviamente siempre se puede dar más (de parte de todos), pero creo que en el torneo en si no tengo grandes cosas para reprocharme o reprocharle al equipo. Sí considero que nuestro pico como equipo estuvo en la Copa América que quedó trunca. En esos amistosos que terminamos jugando se vio nuestra mejor versión.
–¿Cree que es lógico que a Uruguay le cueste clasificar o el no ir se puede calificar como fracaso o decepción?
Todo cambió, ya no hay selecciones débiles como pasaba antes y como te dije, el Fútbol Sala uruguayo no ha ido de la mano con la evolución del deporte, por lo que es lógico que nos cueste. Pensándolo así está claro que no es un fracaso, pero cuando existe la chance de clasificar, porque aunque era complicado es real que podía pasar, todo el ambiente lo ve de esa forma. En el plano personal, que eso ya depende de cada uno, yo odio perder y aunque no me reprocho nada, me dolió bastante no clasificar.
-¿Se sigue viendo en la selección de acá en adelante?
Difícil de responder. Para empezar no depende de mí sino del entrenador que esté de turno, y tampoco sé si a mi edad estoy dispuesto a dedicarle el tiempo que amerita ser parte de nuestra selección.

–Se ha hablado bastante de Catardo. Ud fue compañero de él a nivel de clubes. ¿Qué reflexión le generó su ausencia en la selección?
Con Richard somos mas que compañeros, tenemos una amistad. Cuando ambos estábamos en Argentina, y él estaba recién empezando su recuperación, lo iba a visitar, estuve con él en ese momento difícil, al igual que Nacho Salgués y obviamente su familia, por lo que entiendo su dolor. No comparto del todo alguna reacción que tuvo, pero eso es algo del pasado, en su momento se habló y quedó atrás. En ningún momento hablé con él para que volviera a la selección, sí está claro que me hubiera gustado que estuviera con nosotros en la eliminatoria, no por el nivel en el que está, sino porque es mi amigo y siempre disfruto jugando con amigos.
-De su paso por Boca e Italia, donde cree que estuvo más su crecimiento como jugador?
Sin duda que la última etapa en Boca fue la que me sirvió más, insisto en que el deporte cambió, por suerte pude experimentar lo que es competir a ese nivel de exigencia y adaptarlo a lo que soy ahora como jugador. No soy el mismo que era cuando estaba en Old Christians antes de irme, así como le paso a Richard, Nacho y mismo Lea.
-¿Hoy en día tiene cierto arrepentimiento por esos años en los que dejó de jugar?
Para nada, creo que toda decisión lleva a algún tipo de aprendizaje, en ese caso particular la elección era seguir en Boca, ganar muy bien e ir evolucionando de la mano de la liga argentina o dedicarme al estudio y cuestiones personalesm Por como soy yo, ambas cosas no podían pasar simultaneamente. Me decidí por la segunda opción y tomé una descanso.
–¿Cuál es su vínculo con Salto actualmente y desde lo deportivo en los últimos años?
A Salto voy poco porque mi vida esta acá, además mi vieja está viniendo mucho ya que esta sola, por lo que no tiene mucho sentido para mi ir, salvo en situaciones particulares. Cuando el calendario lo permite, estoy para darle una mano a mis amigos que juegan en Chaná, es un vínculo que nunca voy a perder. También me mantengo en contacto con la gente de la liga, creo que ellos vienen haciendo un estupendo laburo y siempre que puedo darles una mano en algo saben que pueden pedírmelo sin problemas.
-Tireme dos quintetos uruguayos, haya compartido equipo o rivales. Y otro de sus años en Old / Peñarol…
Mauro Roibal, Gustavo Galluzzo, Miguel Aguirrezabala, Andres D’Alessandro y Nicolas Moliterno.
Mathías Fernández, Damián Baptista, Richard Catardo, Federico Fedele y Nacho Salgués. Yo hago de DT. No juego.
–¿Te gustaría más adelante dirigir o aportar desde algún lado?
No puedo contestarte eso por ahora, porque me veo como jugador y planeo jugar unos años mas, pero siempre estoy para sumar desde donde me toque.