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El Perro Verde con Pablo Lanza

«El futsal nuestro está sumergido, no se vende el producto como se debería. No hay mucho interés de que crezca», afirmó Pablo Lanza.

Como quien no quiere la cosa hace ya dos décadas lo tenemos dando vueltas por los gimnasios del Uruguay. Festejó dos títulos con cada uno de los equipos grandes, defendió durante varios años a la Celeste y aún sigue vigente poniéndose nuevos desafíos. El Perro Verde salió de su casa tras dos meses de aislamiento y, respetando la distancia, conversó con uno de los líberos de referencia de nuestro futsal. De su trayectoria, de sus vivencias, de las buenas y las malas, habló el jugador aurinegro Pablo Lanza.

– ¿Qué edad tiene actualmente?

33…

– ¿Cómo se dio su primer contacto con el futsal?

Arranqué en Bohemios con amigos más grande. Yo tenía 12 y no me dejaban jugar porque era sub-15. Bohemios hacía cruzadas con Pía Bom de Bola y yo iba a verlos jugar en el club. Más adelante sí pude jugar, pero sólo un año en Bohemios, después fui a River Plate. Tuve la suerte de estar en el club que tenía futsal e ir a ver a mis amigos y conocidos del club.

– De ahí se va luego a Nacional, ¿qué recuerda de esa época? ¿Con qué jugadores se encontró?

De River pasé a Nacional en mi primer año sub-20. Habían varios equipos en todas las categorías. Cada uno jugaba en su cancha al principio, más adelante se pasó a jugar en el Liceo 31 y Cilindro. Estaba Diego Garrido en sub-20, y entrenábamos con Primera que habían varios nombres: Seba Castro, Carlos Pérez, Marcelo Dinolfi, Diego Monserrat, José Gomez, Nicolás Moliterno, Juampi Larrosa, alguno más que no me estoy acordando.

– En esa etapa de su carrera consigue varios títulos y una consolidación como jugador. ¿Qué le quedó de esos años?

Con Nacional muy agradecido por hacerme crecer como jugador y persona. Principalmente con mis compañeros que siempre me ayudaron y enseñaron. Para mí era muy difícil pegar ese salto de sub-20 a Primera, porque sumale que al año siguiente estaba Richard Barreto y después Dani Varela. Muy agradecido con gente que en ese momento me apoyó y me motivaba a seguir porque era muy difícil poder meter algún minuto -Gustavo Sánchez, Miguel Garrido, Gustavo Olivera, Ruben Vázquez- me debo estar olvidando de alguno, perdón. Intentaba quedarme a las prácticas y robar un poquito de cada uno, como verás no pude robarles nada, jeje. Gustavo siempre me decía mirá a Seba, Richard y Dani, absorbé todo lo que puedas de ellos. Después se renueva ese Nacional y vienen otros muy buenos jugadores: Planchita, Sena, Abelleira, Baptista, Custodio que para mí fue y es el mejor jugador de futsal uruguayo. Y también Salgués siendo sub-20.

– Casi toda su carrera en mayores lo tuvo a Sánchez como entrenador, tanto en clubes como en la selección, ¿Cómo es él en su función y cómo se llevan?

Gustavo es como un hermano mayor para mí, siempre me dio una oportunidad y me tuvo en cuenta para todo. Como técnico podrán decir lo que quieran, es el más ganador y muy bicho. Yo fuera de la cancha con él tenemos una relación de amistad, dentro realmente chocamos mucho. Lo bueno es que cada uno sabe separar las cosas. Él me enseño muchísimo dentro del sala. Hablamos mucho y creo que también por eso chocamos mucho.

Lanza en el Mundial de Brasil 2008. Foto: FIFA



– Con Uruguay disputó un Mundial, sin haber participado en las Eliminatorias, y luego en Gramado 2012 quedan muy cerca de la clasificación. ¿Cómo recuerda ese ciclo y el nivel internacional de ese entonces?

Lo del mundial fue algo hermoso, una locura linda. Tuve la suerte de poder jugarlo con 22 años. La situación no fue la mejor, pero Gustavo tenía claro que él iba a ir a morir con los suyos. Intento llevar a una parte los que habían logrado ese pasaje pasaje pero no se pusieron de acuerdo. En aquel momento el nivel era muy superior, Brasil y España estaban cinco goles por arriba de todos, y de nosotros diez goles. En Gramado se nos escapa la clasificación primero con Colombia y luego con Paraguay que arrancamos muy bien. Después situaciones de partido que no supimos cambiar. Veníamos motivados con la buena participación que habíamos tenido en los Odesur en 2010( las selecciones en esos momentos trabajan un mes antes de cada campeonato). Hoy en día por suerte se ha logrado tener una selección continua. Todos siguen creciendo en Sudamérica, menos nosotros, fíjate que somos cuatro equipos de la capital. Creo que el que más ha crecido es Argentina. Brasil antes era imposible, hoy en día ellos no tienen esa gran diferencia como lo hacían Falcao, Betao, Lenisio, etc. Tuve la suerte de enfrentarlos y era casi imposible bancarlos todo el partido. Y disfrutar junto conmigo los tres mejores de acá: Juan, Mascota y Santiago (Blankleider).

– ¿Cree que podría haber tenido chances en los últimos años de la selección?

Mi último proceso fue con Diego D’Alessandro en las Eliminatorias 2016. Yo creo que un ratito más podría haber seguido y aportado.

– Pasemos a Peñarol. En 2014 llega al club y salen campeones con un plantel muy recordado y grandes números. ¿Qué puede decirnos de esa temporada?

Ese año fue espectacular. Vamos a la copa con tres goleros y ocho jugadores de cancha. Pero el último día de fichaje para el campeonato local arreglan Gaby Debat, Nacho Buggiano y Mascota Catardo. Habían cuartetas, pero era lo mismo porque entraban unos y salían otros y no se bajaba la intensidad. Fue un año excelente en todo sentido.

– Después viene cuatro años donde Peñarol fue irregular y no logró definir los títulos. Incluso se retira en los Play Offs un año. Se ha dicho que no ser campeón en un equipo grande es fracaso, ¿así lo vivían? ¿cómo se atravesaron esos cuatro años?

Por supuesto que es un fracaso. Uno cuando asume el compromiso de jugar en Peñarol sabe que no hay otro resultado que sea salir campeón. Esos años fueron muy duros para nosotros los jugadores que pasaron y los que siguen. Muchos cambios pero los resultados seguían siendo los mismos (fracasos). Lo de Peñarol bajarse de un campeonato fue general de todos. Lo de la AUF ya era escandaloso. Hacían y deshacían a conveniencia de algunos. Está claro que les resbaló la decisión de Peñarol. La AUF estaba de turno para otros se ve.

– Y llega el 2019 donde lograr dar vuelta la historia. ¿Cómo se dio  todo?

Había una base que mantuvimos con Nico Ordoqui, Pescado, Facu Silveira y Martín Garrido. Año tras año intentando reforzarnos y se nos dio en el 2019. Primero que nada el agradecimiento a mis amigos y compañeros. Al cuerpo técnico y dirigentes por el esfuerzo y sacrificio que hicieron por Peñarol. Fue una alegría enorme y un desahogo. Hay que acordarse de la gente que siempre te acompañó y apoyó cuando las cosas no salían tanto en lo individual como en lo grupal.

– Con tantos años jugando en la Liga y en la selección, has lidiado con varios dirigentes y conocido diversas situaciones. ¿Qué cree que puede pasar con la disciplina en base a sus experiencias?

El futsal nuestro está sumergido, no se vende el producto como se debería, eso lo veo por el lado AUF. No hay mucho interés de que crezca. No se cómo estará la cosa hoy en día en AUF, pero los que han pasado han planificado muchas cosas que después terminaron en nada. Peñarol en tema de futsal viene año tras año intentando crecer (se ha formado la escuelita) y competir en todas las categorías y femenino.

– Y como referente de algunos grupos le ha tocado en algunos casos hasta pelear los viáticos. ¿Era difícil batallar por eso?

Batalla no, era difícil ponerse de acuerdo. Siempre intentaban ganar un día para pagar menos viático. Y el tema de cuánto y la justificación de que no era oficial. Por ejemplo a los Odesur de Colombia fuimos como 12 días si mal no recuerdo y no agarramos un mango. Hace muchos años el Peludo (Andrés D’Alessandro) consiguió de que al menos los viáticos que recibían las formativas de AUF sea lo mismo para futsal. El maldito contrato de los cuerpos técnicos y médico. Si hacíamos más de 30 practicas por ejemplo, se pagaban sólo 25. Siempre en el tire y afloje. Tengo entendido que todo esto por suerte ya pasó y ahora no es así. Como te la cuento al revés también, en los Odesur de Santiago, Mario (Pizzorno) nos llamó después de terminado, que se consiguió un sponsor o algo por intermedio de AUF y que estaba esa plata para pasar a cobrar.


– Últimamente se lo ha visto seguido en las canchas del Femenino. ¿Porque siempre en la platea cuando juega Peñarol?

Como todos sabrán mi novia (Caicobe Lujambio) juega en Peñarol femenino y acompaño a ella todo lo que puedo, como ella a mí también. Siempre y cuando no se nos superponga como nos pasó el año pasado en la primera final que ella estaba en la Copa Libertadores.

– Por último, como líbero diganos cuál fue el pivot del medio que más le costó marcar y cuál en el exterior…

A nivel local sin dudas Nico Ordoqui. Intratable. Giraba para todos lados y la colgaba en los ángulos. Si nos habremos puteado siendo rivales y si le habré comido los tobillos y las canillas jeje. A nivel internacional Lenisio cuando jugaba en Malwee y la selección brasileña. Cada vez que me enfrentaba a él, terminaba con las manos dormidas de comerle las costillas, pero ni así lo podía parar.

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