Paréntesis obligado

Sin futsal hasta el año que viene, cuáles son las perspectivas para el reinicio y lo que resta por jugar.

Debido a la situación de emergencia sanitaria y el aumento de casos en todo el país, como bien sabemos las autoridades nacionales han suspendido toda actividad deportiva en espacios cerrados desde principios de diciembre, lo que obligó a postergar la definición de los torneos del fútbol sala AUF en sus distintas categorías. En Primera y sub-17 restan disputarse semifinales y final, mientras que en sub-20 faltan los cuatro partidos de cuartos de final, las semi y la final. Por el lado del femenino queda jugarse una última fecha de tres partidos y luego los Play Offs entre los cuatro mejores, tanto en mayores como en sub-20. Habrá que esperar al 10 de enero a ver cómo evoluciona el tema del Covid y en base a las decisiones del gobierno, luego perfilar las posibles fechas de disputa. Ya la Mesa Ejecutiva del Fútbol Sala y el Presidente del Ejecutivo Leonardo Oper mantuvieron una reunión vía Zoom con los clubes para ir trabajando en el asunto, aunque obviamente que todo dependerá de cómo se encuentre el país dentro de unos veinte días en cuanto a casos diarios.

De todos modos la dirigencia manejó fechas tentativas para mediados de febrero reanudar la actividad y a partir de ahí disputar lo que está pendiente. Parece sensato ya que los planteles deberán ponerse a punto al menos quince días tras el parate y es sabido que en nuestro país, pese al contexto actual, la gran mayoría de la gente se toma buena parte del primer mes del año para descansar y vacacionar. A lo que se debería apuntar sí, es a la realización de esta serie de partidos, durante tres o cuatro fines de semana a lo sumo, como estaba previsto. Si bien el protocolo puede presentarse más estricto y haya ideas de no superponer delegaciones en el mismo gimnasio, perfectamente se pueden armar jornadas largas con separación de horarios y dividir tribunas en caso de ser necesario para la espera de los juveniles. Lo mismo si se precisa gestionar otro escenario, como puede ser la Plaza 11 del Cerro, Canelones o porqué no Scuola Italiana, que en esas fechas van a tener cero actividad sábado y domingo. Buscar la forma de, sin complicar a los clubes -sobre todo a los que tienen viajes largos- jugar lo más rápido posible estas instancias finales, y no que se demoren dos meses o más.

También pensando en el inicio de la temporada 2021, que es cierto, será otra historia y nada fácil porque el impacto económico seguirá acechando a los clubes seguramente. Pero lo ideal es liquidar en marzo lo del 2020, y con un calendario previamente coordinado, arrancar los nuevos campeonatos en abril, como tantas veces se ha deseado hacer, y si no fuera por la pandemia este año hubiera sucedido. Además a principios de mayo se jugará en nuestro país la Libertadores de Fútbol Sala, lo que obligará a un nuevo paréntesis de diez días mínimo en la actividad local. Tampoco hay que descartar un plan B en caso de que la situación sanitaria se vuelva más compleja. El básquetbol ya definió fechas, y si bien es cierto que es un deporte profesional y con la posibilidad de hacer burbujas, nuestro futsal no debe quedarse de brazos cruzados y tiene que barajar otra opción, que se deberá gestionar obviamente a través de las altas esferas de la AUF con la Secretaría Nacional del Deporte. Ojalá todo mejore rápido y el camino del regreso no tenga que ser tan espinoso.