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Una vida en Italia

«Todos los días pienso en volver para jugar y defender otra vez la camiseta de Uruguay», afirmó Alexis Otero, jugador del Miti Vicinalis de la Serie B.

Hace más de diez años, cuando recién daba sus primeros pasos en el futsal grande, se le dio la oportunidad de aprontar las valijas y cruzar el océano. Su primer viaje a Europa, su pasado en Peñarol, su presente, sus planes de futuro. El Perro Verde charló largo y tendido con Alexis Otero, actual jugador del Miti Vicinalis de la Serie B.

– ¿Cómo se dio su primera salida, quién lo llevó?

La primera vez que vine fue cuando Fedele jugaba en Verona y yo estaba en Peñarol. Fede fue a jugar allá cuando tenían esos tres meses de vacaciones que hay a mitad de año, y preguntó si alguno tenía pasaporte italiano para jugar en la sub-21. Yo justo lo había sacado a través de la familia, por si un día pasaba algo. Le dije: voy a probar. Ese año mismo ganamos el campeonato en la A2 con el Verona. Yo jugaba los sábados con la primera y los domingos con la sub-21. Después el cuadro por diferentes motivos se fundió, pero al que le tengo que agradecer es a mi hermano, a Federico.

– Repasemos en los que ha jugado en Italia…

En el 2011 al 2013 en Verona. Después volví a Uruguay en 2013-2014. En ese período le ganamos el clásico a Nacional 10-2. A mitad del torneo 2014 me fui. Estuve en Barletta en Serie B con Fedele, me quedé hasta el 2018.  Después fui a Salinis en A2 (2018-2019). Luego al Bovalino de Reggio Calabria (2019-2020), donde ganamos el campeonato en la C1. Y después al Maccan por cuatro meses en 2020. Ahí salió de venir al Miti Vicinalis, del 2020 hasta ahora.

– ¿Porqué se fue quedando en aquel país? ¿Porqué cree que se dio?

Creo que son varios los motivos. Por el cual vine fue para crecer en lo deportivo. Por suerte me encontré con Sociedades que nunca me hicieron faltar nada, que siempre me pagaron todo. Y cuando uno va creciendo también mira otras cosas, como el tema seguridad. Acá en ese sentido es muy bueno, no corrés riesgos. Fue como que cada año algo me llamaba como para quedarme y no me arrepiento. Las cosas van mejorando. Todo es positivo la verdad.

– Cuentenos sus pasaje con la Selección

En sub-20 tuve la posibilidad de ir al Sudamericano. En mayores una sola vez. Fue la última vez que Diego D’Alessandro estuvo a cargo, creo que para la Copa América San Juan 2017 me citó y no pude ir. Después hubo otra oportunidad en la que me quería llamar pero la AUF no se hacía cargo de los pasajes y viáticos de ese momento, entonces decidí quedarme acá. Yo ahí no estaba trabajando.

Hace un año y pico conseguí un trabajo y siempre le aclaré a Fedele, que era el capitán, mi situación. Los nuevos técnicos no se contactaron pero siempre estuve a disposición. Me hubiese gustado ir y tener una chance. La veo difícil para el futuro pero uno no pierde las esperanzas. Siempre me podría haber hecho un espacio para ir a representar al país. Esperemos se dé. Me quedé un poco mal de que nadie se comunicó para saber si podían contar conmigo o no, o si directamente no me quieren. Pero todos los días pienso en volver para jugar y defender otra vez la camiseta de Uruguay.

– ¿Ves partidos de la liga uruguaya o de la selección?

De Peñarol y también la selección, sigo todos los partidos. He visto todo. Está bueno que Peñarol apueste a los técnicos extranjeros, que tienen una experiencia un poco mayor que los de Uruguay. Además se nos pueden abrir puertas por otro camino. Siempre hubo buen material y esperemos que la selección pueda mejorar un poco más.

– ¿Qué es lo que más le dejó esa etapa en Peñarol?

Amigos amigos me quedaron Fedele, Nico Ordoqui, Nacho Buggiano, Andrés Pizzorno. Y después también compañeros, gente buena onda con la que hablo seguido, un montón. Los mejores recuerdos son los viajes, las Libertadores. Anécdotas que recordamos entre nosotros. Cosas lindas, algunas que no se pueden decir, pero te queda eso.

– ¿Cómo lo afectó la pandemia, siendo que Italia fue a uno de los países que más fuerte la golpeó?

Fue un momento muy difícil. Se cortó el campeonato, complicaciones de los cuadros para pagar. Estuvimos 45 días literal encerrados, donde solo una persona podía salir al Súper. Mucha tristeza por tanta gente que murió. Por suerte el país se pudo recuperar. Nunca pensé vivir algo igual.

– Hace un tiempo sumó el aspecto laboral a su vida, aparte del futsal. ¿Porqué?

Empecé a trabajar porque se dio. La vida nuestra está acá y sirve para tener una entrada más. Pero el futsal siempre es la prioridad número uno No pasó a un segundo plano. Acostumbrado a Uruguay que jugaba y trabajaba y el físico siempre me dio. Obviamente que los años pasan pero por ahora no se nota. Trabajo nueve horas por día, llego, me armo un matecito y arranco para la práctica. Entreno tres veces por semana más los sábados el partido. El trabajo es pensando a futuro también, para estar un poco mejor económicamente y para los años que se tienen en cuenta para jubilarte. Va por ese lado.

– ¿Se visualiza como entrenador en un futuro, considerando la posibilidad de seguir instalado en Italia?

En Reggio Calabria tuve la posibilidad de dirigir la sub-19, los gurises me entendían a la perfección, fue una experiencia muy buena. Imagino que un primer equipo sería algo más lindo todavía. El curso de entrenador tendría que ser una prioridad para mí. El tema son los tiempos, pero siempre ligado al fútbol sala voy a estar.

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