Un deporte sin canchas

La problemática para conseguir gimnasios que cumplan con las exigencias de AUF, complejiza la realidad del fútbol sala uruguayo.

Sabida es la dificultad que históricamente tuvo nuestra disciplina para disponer de canchas que ciertamente se adecuaran a la reglamentación. Atrás quedó el tiempo de largas jornadas en Rowing, Scuola Italiana y Liceo 31, canchas que ya no están abiertas para la práctica oficial del fútbol sala. Razones varias, como la no habilitación por tema vestuarios, tribunas y demás, han acotado el espectro de canchas disponibles para los clubes. Este 2023 el problema se profundizó. Tanto es así, que haciendo un rápido relevamiento en cada fecha, se puede observar que en la presente temporada se están jugando más partidos en Canelones que en Montevideo, siendo que son seis los clubes de la capital.

Las Piedras, el Municipal Sergio Matto, obviamente Urupan, son los gimnasios más utilizados, dada su infraestructura y condiciones. Para Montevideo, solamente el Polideportivo de Nacional (exclusivo para el equipo local), ITS y el Municipio G son los escenarios donde se puede jugar. Es un tema alarmante, del que todos deberíamos estar ocupados para encontrar una solución a corto plazo. ¿La AUF? Por supuesto que también. Primero para hallar nuevas opciones, porque claramente no es lo mismo generar un acuerdo con un Colegio o gimnasio público, siendo la AUF que un equipo particular. Segundo para rever el tema de las habilitaciones. Crear una verdadera y representativa comisión integrada por árbitros, jugadores y dirigentes, y no vetar canchas por cualquier cosa. Porque seguir así, es inviable.

Darse cuenta, todos los estamentos del futsal, que es un problema grave. ¡Y eso que es un campeonato de solo nueve clubes! A la difícil situación se le suma la incumplida promesa de Ignacio Alonso, que hace tres años dijo que se venía un complejo con gimnasio propio de la Asociación (se habló de Parque Roosevelt) y ni siquiera se firmó un acuerdo por el predio todavía. Lo otro, falta de tino de directores/as de varias Plaza de Deportes y otros recintos de la órbita pública, manejando agenda y horarios de manera desacertada y a veces con precios exorbitantes. Obvio que la falla está en la Secretaría Nacional del Deporte, y ahí debería atacar la disciplina en su conjunto para llegar a metas razonables, y no estar peleando con funcionarios medios. Cuando se inauguran este tipo de polideportivos, se llenan la boca con el 40×20, y de que son para handball y futsal. Bueno sería entonces, que la prioridad la tengan el handball y el futsal, y no el karate, los pilates o el zumba.