Nos toman el pelo

La dirigencia del fútbol sala de AUF le mintió en la cara a los clubes del femenino y volvió a suspender el torneo.

El fin de semana del 19 y 20 de setiembre, debido a problemas con el suministro de agua, se suspendieron un par de partidos del campeonato femenino. Urupan-Nacional en dos categorías y UTU-Peñarol en mayores. El martes siguiente jugaron en Pando locales y tricolores en Primera, poniéndose al día rápidamente. Quedó atrás el de sub-20 y el decisivo duelo entre académicas y carboneras. No se pudo fijar para la semana pasada por un tema de disponibilidad de canchas, por lo que se suponía debían jugar sí o sí martes o miércoles de esta semana. No se pusieron de acuerdo en el día, y la AUF se topó con un problema que debió prever antes: ya estamos entrando en las últimas dos fechas del Clasificatorio.

Reglamentariamente, no se pueden disputar estas etapas habiendo partidos pendientes. Esto generó un intercambio en el Consejo de Liga virtual llevado a cabo el lunes de noche, en donde se manejó toda esta situación. Finalmente las instituciones plantearon a los dirigentes de la AUF que se fije como correspondía la fecha 17 (la penúltima) y se vote en un nuevo Consejo de Liga urgente, la habilitación para que los encuentros atrasados se jueguen entre semana de la próxima, antes de la última jornada.

Era algo ciertamente engorroso, pero era la solución a la pasividad con la que se había manejado la Mesa Ejecutiva, sin mediar en el tema con previsión y respetando la planificación. Dejaron al azar la comunicación directa entre clubes y la decisión exclusiva entre ellos. Así fue que al final de la reunión el Presidente de la Comisión en conjunto con los otros «neutrales», informaron que se iba a enviar un mail «mañana» (o sea, el martes), para el jueves realizar un nuevo Consejo por zoom y votar lo que se había estipulado. Sin embargo, el martes de tarde llega un correo de la Mesa comunicando que se suspende la fecha prevista, para que este fin de semana se jueguen los partidos pendientes. Una tomada de pelo y una historia que se repite, estirando el criterio de los reglamentos y aplicándolos según la cara del cliente. Parece que no aprenden de los errores propios, pero encima ahora, mienten.