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Se fue al viaje de egresados un día más tarde por una final de sub-17

Expediente Secreto #8 Agustín Sosa se iba a perder la final ante Banco República, pero Peñarol le pagó el pasaje en avión para que postergara unas horas su ida a Florianópolis.

El año 2012 no fue la excepción a lo que era un común denominador de esos tiempos. Las categorías menores empezaban muy tarde en el calendario, y pese a ser menos equipos que en las otras, terminaban orilleando las fechas de las fiestas tradicionales.

Así es que el 22 de diciembre de aquella temporada, Peñarol y Banco República se enfrentaron en la final del Clausura de sub-17 en Scuola Italiana. Si el aurinegro triunfaba, ya se quedaba con todo el año debido a que había obtenido el Apertura. Sin embargo el CBR daba el batacazo con un 6-5 que extendió la definición. Debía jugarse un partido entre Navidad y fin de año para ver si los carboneros ya eran campeones, o si Banco República estiraba el asunto a dos partidos más.

La historia cuenta que Peñarol tenía un jugador determinante, que ya proyectaba sus condiciones a ser una figura de la escena nacional. Ese player era Agustín Sosa, quien en primera instancia no iba a estar disponible para esa final ya que tenía el viaje de egresados con su liceo. El encuentro se fija para el 27 de diciembre en el gimnasio de Montevideo Rowing, mientras que el grupo salía vía terrestre rumbo a Florianópolis el 26.

Por supuesto que los gastos de traslados, hoteles y demás, ya estaban pagos en la empresa Planet, que bajo ningún concepto efectuaba devoluciones totales o parciales. Sosa además, tenía claro que el viaje lo quería hacer: «En esa época yo era mas chico y consideraba que cerrar esa etapa con mis amigos era prioridad. El tema es que no pudimos cerrar el campeonato en el momento que queríamos y merecíamos. Cuando le dije a Lalo (Fresia) y Aníbal (Roba) que no iba a estar me dijeron que me iban a conseguir una alternativa».

Y la alternativa no era otra que conseguirle un pasaje aéreo para quedarse a jugar la final y viajar después. «El vuelo salió al otro día de mañana. Ganamos 5-4. Hice el quinto si no me equivoco. Salimos campeones y pude cerrar la etapa de mi vida liceal como quería», comenta Agustín a casi doce años de aquella agitada semana.

Los 1257 km que separan Montevideo de Floripa, y que en ómnibus son unas 15 horas aproximadamente, se redujeron a 2 horas. Sosa pudo llegar al balneario brasileño el día 28 y disfrutar del resto de la estadía junto a sus compañeros de grado.

Así se define entonces el campeonato de esa temporada, con una singular decisión de uno de los clubes para lo que es una sub-17. Seguramente otra institución no lo hubiera podido pagar, o directamente no lo hubiera querido hacer, pero Peñarol lo hizo y fue clave para lograr el tetracampeonato de la categoría, porque la presencia de Sosita claramente era desnivelante.

Con el paso de los años, queda revisar el dato de los jugadores (no fueron tantos) que participaban de aquella definición y que llegaron a Primera, construyendo cierto recorrido. En los aurinegros, además de Sosa, podemos rescatar a Felipe Volz y el arquero Guillermo Moitiño. De Banco, los que siguieron por mucho tiempo en el 40×20: Manuel Tangari, Guillermo Marchese, Juanchi Ríos y Rodrigo Figares.

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