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Edición 2004, una temporada irrepetible

Expediente Secreto #7 Dieciséis equipos, integración nacional, calendario largo, finales por VTV. El Campeonato más numeroso y competitivo de la historia.

Veinte años no es nada, y a su vez es mucho. Hubo una vez, en el futsal uruguayo, un campeonato de Primera División con 16 equipos. Todos con categoría sub-20 y casi todos con sub-17 también. Eran tiempos donde la actividad en Montevideo parecía que se iba expandiendo nuevamente, teniendo como base el Cilindro Municipal, pero también con clubes que oficiaban de local en el Liceo 31, Colón, UGAB, el Liceo 15 o el gimnasio de Atenas.

El interior también empezaba a pisar fuerte, y después de lo que había sido la temporada 2002 -cuando entre AUF y la FUDEFS organizaron en conjunto un Torneo Nacional con clasificación a Libertadores- los equipos se iban integrando directamente a los torneos de la Asociación. Ese 2004 puntualmente fueron cinco equipos de tierra adentro: Old Christians de Colonia, Los Abstemios de Mercedes, Universitario de Salto, Atlético Fernandino de Maldonado y Liverpool de Canelones.

De la capital once instituciones participaron: Peñarol, Nacional, Malvín, Basañez, Fénix, Bohemios, Banco República, Boston River, Parque Futsal, Club Victoria y UGAB. Siendo 16 los equipos en total, y con la idea de reducir la cantidad de viajes para hacerlo viable desde lo económico, se decidió dividir en dos series que jugarían todos contra todos a dos ruedas, dando comienzo a mediados de abril. Hubo incluso otros clubes que estuvieron cerca de entrar y quedaron en la puerta como Florida, Corporación 1911 de Melo y el Danubio FC.

«Esa época estaba bárbara. Me acuerdo que había un montón de cuadros. La Liga estaba competitiva, era otra cosa. Si lo comparás con lo de ahora… Pasaron 20 años y cada vez se juega menos y con menos gente. Hubo un retroceso», opina Gustavo ‘el Colo’ Reig, quien fuera uno de los pilares de Peñarol en aquel campeonato. Hoy en día quizás más conocido para las nuevas generaciones por ser entrenador de básquetbol, muy identificado con Goes.

Las dificultades para establecer favoritos esta temporada, se fueron confirmando con el paso de las fechas. No solo los grandes, al menos cinco equipos más estaban en condiciones de alcanzar el título. Y esto se ratificó con el devenir de los Play Off (que se jugaron desde octavos) en los que a semifinales no llegaron ni los últimos dos campeones, Nacional y Banco, ni tampoco Basañez, el «1» de la temporada regular.

Después de un campeonato muy disputado, con cruces de alto voltaje todos los fines de semana, el 25 de octubre llegó el tiempo de la definición. Malvín y Peñarol se enfrentaron en la final de Vuelta en cancha del playero (en la de básquet). En la ida habían empatado 3-3 en el Cilindro, lo que hacía pensar en un Malvín levantando su primera Copa. Sin embargo, el carbonero ratificó su levantada de la segunda parte del año y coronó ganando 5-3, en una recordada trasmisión que vio todo el país por la pantalla de VTV.

Reig recuerda sobre aquella campaña: «Fuimos de menos a más. Estábamos con el Make Scrigna, el Wally (Rodríguez), Lucho Arizaga, Andrés Pizzorno, Tatín Fracchia, los D’Alesssandro. Atajaba Andrés Di Pierro. A mitad de año se fueron el Chalo y Martín Hernández, que no sé qué problema hubo. La segunda parte empezamos a remontar. Dejamos eliminados a Nacional en cuartos de final y a Los Abstemios en la semi, que me acuerdo que ir a jugar allá era una locura».

«Al principio no anduvimos, y nadie daba nada por nosotros. Y menos cuando dejan Chalo y Martín que eran dos jugadores de selección. No éramos un equipazo, pero la cosa se acomodó y salimos campeones», concluye el exjugador aurinegro sobre aquel equipo que era dirigido por Césa Robido.

Pero tras la consagración de Peñarol, la pelota siguió rodando. Ni bien terminó la Liga, empezó el Torneo Montevideo, y simultáneo el Torneo Interior. Se disputó en sistema de eliminación directa (partidos de ida y vuelta), logrando el título Nacional y Los Abstemios, respectivamente, extendiendo la actividad hasta final de noviembre.

Hay otros campeonatos para destacar en cuanto a número de participantes y sobre todo en lo abarcativo desde lo territorial. En 2012 la Mesa Ejecutiva crea la Súper Liga, torneo en series de cuatro equipos, y que se jugó después de una primera etapa con Metropolitano (12) y Regional (6). 2013 fue similar, con un Metro de 10 clubes y dos Regionales (5+4). Ya la instancia Campeonato Uruguayo, se desarrolló directo desde los Play Off. O sea, dos años en los que la máxima competencia la disputaron también 16 equipos, pero con un calendario más corto.

También hay que mencionar el certamen de 2022, mucho más cercano en el tiempo. Trece equipos jugaron con el formato actual, asegurando entre 24 y 30 partidos a lo largo del año. Lamentablemente fue un espejismo para los tiempos que corren. En definitiva, este Expediente Secreto, dictamina en base a lo expuesto (cantidad y nivel de los equipos, calendario, gimnasios, concurrencia a los partidos, difusión) que la del 2004 fue la mejor temporada de todas. ¿Irrepetible?

Foto: Geocities.com


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