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Tanto tirar de la cuerda…

Periódicamente el futsal vuelve a entrar en conflicto con los árbitros. Ahora los clubes dijeron basta y la pregunta es ¿Qué pasará?

No hay que ser muy memorioso ni experto en esto del fútbol sala uruguayo para empezar a recordar y enumerar distintos parates de la actividad local por conflictos con AUDAF. De un tiempo a esta parte incluso, el gremio ha dispuesto medidas de refuerzo de guardia y otras de índole similar, que pese a algunos matices en la concordancia, los clubes han cumplido perfectamente para que todo siguiera con sus carriles normales. Banco República, Old Christians, Parque Cubano, etc, han sido «víctimas» de medidas por fuera de las reglamentarias, que eran impuestas por los árbitros desde su agremiación.

La seguridad de ellos y de todos los protagonistas de la disciplina no está en discusión. Debe existir y siempre se ha trabajado (recordemos) en el maro de un DEPORTE AMATEUR para encontrar soluciones. También tenemos que tener en cuenta, que este hermoso deporte, que se disputa en gimnasios cerrados así como el basquetbol, el handball o el voleyball, es lejos el que más contacto puede producir entre los protagonistas, por tanto generar reacciones con las pulsaciones a mil y también trasmitirlas hacia las tribunas. Es un deporte único en ese sentido, y querer arrancar de raíz los enfrentamientos, calenturas o como quiera llamarlo entre jugadores, es imposible. Hubieron, hay y habrán. Eso fue lo que pasó entre Agustín Palleiro y Sebastián Castiglioni en Elbio-Urupan. Un desborde de ambos, que la siguieron en la puerta del vestuario. Compañeros y allegados fueron corriendo a separar entre empujones e insultos, y poco más.

Uno suponía que el correctamente partido suspendido por los árbitros había derivado en un duro confidencial de parte de la dupla, en base a las medidas que exigió AUDAF dos días después. No fue así, y por eso es que nadie en su sano juicio puede entender estas exigencias pretendidas. Afortunadamente, y miren si será importante el periodismo, una cámara de nuestro equipo estaba registrando lo ocurrido, y esas imágenes respaldaron el informe y en función de ello actuó el Tribunal de Penas, al que también le sorprendió el pedido de medidas contra los equipos. De AUF lo que se falló fue: dos fechas a los expulsados, se sigue jugando el encuentro y advertencia a los clubes. Nada de cierre de cancha ni algo que se le parezca. En la misma sintonía están los dirigentes de los clubes, que pusieron el grito en el cielo cuando vieron un comunicado donde se pedían CUATRO guardias más por categoría por un incidente entre dos jugadores a cuarenta metros de los jueces. «Esto mañana le puede pasar a cualquiera», dijeron y es por eso la medida de parar el futsal hasta que no se modifique la situación.

Sobre la decisión de no arbitrarle a Elbio en Plaza 12, un par de reflexiones. ¿No se creó una Comisión para la habilitación de canchas donde participaban árbitros, directivos y jugadores a principio de campeonato? Ahí sí se necesitaba de la opinión de todos, ahora no?! ¿No hubo una reunión entre jugadores y jueces a comienzos del 2019 para trabajar juntos en pos del futsal? ¿Y ahora qué pasó? Los jugadores armaron un colectivo y se manifestaron a favor de las instituciones y es claro que no comparten las medidas. Son entonces varios frentes los que, reflexionaron puntualmente sobre esta situación, y están en una posición diametralmente opuesta a la de AUDAF.

Es más, hace unos tres años pasó un hecho mucho más grave en el Polideportivo de Nacional, un dirigente ingresó a la cancha y agredió a un jugador. Se armó un tumulto, se logró separar y con las garantías ofrecidas por la seguridad a los árbitros, el partido continuó. No estamos criticando que no haya pasado nada en aquella ocasión, justamente decimos, porqué ahora esta exagerada decisión, cuando bien se demostró en más de una vez, que cuando hay voluntad y trabajo en conjunto, se logran avances.

Los clubes lo han expresado en la carta al Ejecutivo de AUF y están firmes en la postura. Parece que esta vez sí están dispuestos a hacerle frente a lo que consideran es una fuerza desmedida, y no por los derechos gremiales de los árbitros, sino por la manera de actuar en varios aspectos, algunos que incluso piensan no les corresponden. Veremos cuánto demora esto en arreglarse. Tanto tirar la cuerda se sabía que podía pasar una vez más en cualquier momento. Es obvio que en cada conflicto lo que se necesita para un principio de solución, es que las partes cedan en algo. Aquí es clarísimo cuál de las dos tiene que, por primera vez, mostrar su nobleza y compromiso con el futsal para que las cosas se empiecen a aclarar.

Luis Silva

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