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Es tiempo de marchar

El presidente de la Mesa Ejecutiva cuestionado y con razón. Los clubes tienen la palabra.

No todo lo que brilla es oro en la AUF. Si bien se viven tiempos «de bonanza» para los clubes, ya que en esta post pandemia se extendió el beneficio económico y participar en los torneos no cuesta nada e incluso este año se otorgó también la guardia de seguridad, hay otras cosas que no están para nada bien, y que acumuladas han generado mucho malestar en las instituciones. La Mesa Ejecutiva, responsable de la organización y coordinación de los torneos locales, parece tenerla fácil con estas ventajas que le dan al trasladar los fondos FIFA y Conmebol casi de manera íntegra para que el fútbol sala sea «gratis» para los equipos. Sin embargo, por vicios evitables y caprichos casi infantiles se las ha complicado sola. Este año se unieron a la Mesa los señores Mateo Robert y Pablo Michele, Beatriz Quartino pasó al Consejo Ejecutivo, y Nicolás Gómez se mantiene encabezando la misma. Aquí el principal problema, de un dirigente que hace siete años está en la Asociación y en el último tiempo ha errado más de lo que ha acertado.

La centralización de poder, la toma de decisiones por sí solo, el «amiguismo» con determinados equipos, han ido dejando mal parado al dirigente en distintas situaciones. Las temporadas 2021/2022 han sido especialmente fallidas para su gestión en la Mesa, con fijaciones arbitrarias, un deplorable manejo de la comunicación con los clubes, y algunas interpretaciones reglamentarias que han dejado de boca abierta a delegados ante las respuestas brindadas. Lo que pasó con el cierre de la fase clasificatoria de sub-17 y Primera, donde se obligó a jugar habiendo fallos pendientes, fueron el súmmum. Lo mismo con la incertidumbre de los play offs de sub-20 femenino, un tema que si hubiera sido en masculino era un escándalo, y ni que hablar la doble vara para fijar partidos entre semana según la cara del cliente. En definitiva, un cúmulo de situaciones que no garantizan en lo más mínimo seriedad y neutralidad en los torneos venideros. Solo una institución (Urupan) se ha manifestado oficialmente sobre su descontento con Gómez, pero varias más como por ejemplo Nacional, Ituzaingó, Nacional de San Ramón, Basañez, no quieren su continuidad.

Por su parte el presidente del Ejecutivo, Leonardo Oper, que también cuenta con algún detractor en base a este y otros temas, evita meterse en los asuntos. Generalmente soluciona diciendo «es tema de la Mesa», pero bien que cuando el que reclama es un pez gordo, no tiene problema en involucrarse pese a que no sea su área. Cuesta creer que Oper se juegue el pellejo manteniendo al presidente de la Mesa con el desgaste que se ha generado, dándole la espalda además a tantos que lo hicieron llegar adonde está. Porque recordemos, que la Asociación es de los clubes, y los dirigentes que hoy están allí, del otro lado del mostrador, siempre son pasajeros temporales. Veremos cómo se decanta este tema en 2023. Algunos representantes de las instituciones no han movido sus fichas porque piensan que es inútil y que todo seguirá igual pese a las críticas. De todos modos, siempre es preferible alzar la voz y defender lo que uno cree, que quedarse en el molde dando a entender que está todo precioso. No, no todo lo que brilla es oro.

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