Etapas que se cierran

Damián Baptista se retira del fútbol sala como jugador: «Todavía le debo al futsal por todo lo que me ha dado».

A los 36 años y habiendo defendido a Nacional en la pasada temporada, el internacional Damián Baptista decidió ponerle punto final a su carrera como salonista. El exlateral hilvanó una trayectoria con casi veinte años en Primera División, que lo vio debutar en Basañez, y después lo llevó a equipos como Malvín, Nacional, Juventud, Boca Jrs (ARG), Boston River, Old Christians y Urupan.

Respecto a su decisión de dejar de jugar oficialmente, quien lograra varios títulos de campeón uruguayo, aseguró: «Yo siempre dije que iba a jugar hasta que realmente lo disfrutara. Y me ha pasado de un tiempo a esta parte, sobre todo por un tema de lesiones -que he tenido mala suerte-, que se me ha hecho muy cuesta arriba. Soy una persona que cuando me lesiono invierto tiempo en estudios, en recuperaciones, en suplementos musculares… y al fin y al cabo, cuando son muchas lesiones y seguidas, cuesta mucho más».

«También la etapa de la vida en la que estoy, el deporte quizás pasa a un segundo plano. Sin ocupar un espacio tan importante como lo fue hasta ahora. El deporte se merece que si lo voy a jugar, lo haga bien. Para competir en las mejores condiciones. Jugar por jugar no me parece y no me visualizaba en el corto plazo poniéndole todo de sí como le había puesto hasta acá».

Sobre si se mantendrá vinculado a la disciplina, Damián reflexionó: «Creo que voy a seguir sí, cerca del futsal. No tengo claro todavía en qué rol. Por ahora estaré un poco alejado. Todo lo que tenía que ver con las trasmisiones me gustó mucho. El trabajo que estamos haciendo de acercarnos a la Asociación de Futbolistas me interesa muchísimo. El futsal fue mi pasión durante muchísimos años, y la pasión es muy difícil de cambiarla. Por eso seguramente siga cerca del deporte. No sé cuando ni qué formato, pero estaré».

¿Qué se lleva de todo este tiempo en el deporte, quien supo vestir la Celeste también por muchos? En su respuesta afirma que «podría hablar horas. Pero si tengo que resumir algunos puntos importantes, por sobre todas las cosas me quedo con mis amigos. A mis mejores amigos los he conocido gracias al futsal. He pasado por todas las emociones, he reído, he llorado, he gritado, he festejado, me he amargado. Aprendí a disfrutar las victorias cuando se logran, a valorarlas obviamente. Aprendí a atravesar y a superar las derrotas. Aprendí a ser parte de un equipo, a tener un rol y llevarlo adelante. Viví la hermosa experiencia de ganar. Ser el mejor de un torneo de un año entero».

«Por supuesto también el orgullo y el privilegio de jugar por mi selección durante años. De cantar el himno. De tener camisetas de Uruguay con mi apellido. De visitar muchos países que si no fuera por la selección no los hubiera conocido quizás. Así que le di mucho al deporte durante 21 años. Muchas horas le quité a mi familia. Pero sin duda alguna, si paso raya, todavía le debo al futsal por todo lo que me ha dado. Experiencias miles, imágenes imborrables», resume Baptista, a quien seguramente lo veremos prontos en las canchas, como dice él, desde otra posición, aportando al crecimiento de la disciplina.