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Los dos cracks que renunciaron al Mundial de 1996

Expediente Secreto #1 Eran indiscutidos, pero se bajaron de la selección por estar en desacuerdo con decisiones del técnico.

Corría 1996. Uruguay se aprestaba a jugar su primera Copa del Mundo bajo la órbita de FIFA. Un año antes la AUF había inaugurado el Departamento de Futsal y en una de sus primeras experiencias internacionales, había conseguido la clasificación a la máxima cita. En esa Copa América (Eliminatoria) disputada en abril en Niteroy, Río de Janeiro, el conjunto celeste venció en semifinales a Paraguay por 2-1, logrando el pasaje al Mundial de España y metiéndose en la final con la mítica Brasil de Fininho, Choco, Manoel Tobías y Schumacher.

Nicolás Moliterno y Miguel Aguirre Zabala, dos de los mejores jugadores de la historia de este deporte en nuestro país, todavía estaban más vinculados al fútbol de salón, pero igual fueron parte del proceso que tenía a Rolando “Chopo” Muñiz como DT, ya que desde el 95 Nacional también participaba en el Campeonato Uruguayo de la AUF, aunque con presencia intermitente de sus futbolistas más renombrados.

La presencia de la dupla histórica en estos encumbrados torneos con la selección, se transformó en una novela por esos días, debido a las diferencias deportivas con el entrenador, y el conflicto latente entre la Asociación y la Federación del Fútbol de Salón. Más allá de eso, Uruguay tenía un gran equipo y en Río le va muy bien, con mayoría de jugadores de Peñarol, el primer campeón de aquellos torneos en Portones que fueron un boom. Moliterno integró el plantel y fue autor de goles clave. Miguel por su parte, renunció pese a quedar en la lista definitiva, entendiendo que debían ir más jugadores de Nacional.

De igual modo, quedó la línea abierta entre el jugador y el director técnico, que le prometió que si clasificaban, iba a tener otra oportunidad. Dicho y hecho, Muñiz se comunicó con Aguirre Zabala en esa etapa de preparación rumbo a España 96, que sería en noviembre. El Negro Miguel le dijo: “Yo no tengo problema, si hacemos las cosas bien yo estoy para el Mundial”. Quedaron en juntarse (en esa época Chopo solía pactar las reuniones en el banco en el que trabajaba en Rivera y Soca) pero nuevamente el teléfono descompuesto hizo lo suyo.

Llamados que no llegaron, la reunión que nunca se dio, y Aguirre Zabala que quedó fuera de la consideración. Él incluso dice “enterarse por el diario” de su no convocatoria. Moliterno sí estaba en carrera para ir al Mundial, lo mismo que Gustavo Silva, el “tercer crack” del Nacional de la década del 90. Sin embargo, el Chopo no lo tuvo en cuenta en la lista final de 12, lo que provocó un nuevo sacudón a nivel selección. Así lo recuerda el hasta hace poco DT de Boston River, en el libro que repasa su carrera: Nico Moliterno, un elegido del futsal.

“Era terrible oportunidad para mí, que quería mostrarme para volver a la Liga española, poder jugar un Mundial allá. Antes la selección era fundamental, no había dónde te vieran si no. Decisiones que no compartí en ese momento, lo mismo que Miguel, hicieron que renunciáramos y nos perdiéramos la posibilidad de ir. Me dolió mucho. Fui a hablar con el Chopo, y con Monagas y Axel Fucks (dirigentes de la AUF). Le dije que no compartía la decisión que había tomado. Teníamos muy buen equipo, bien compensado. En todas las líneas bien armado”.

Era una decisión pesada decir que no a la selección, más a la posibilidad de disputar la Copa del Mundo, nada menos que en España, que ya era la liga top en aquel momento. Muñiz, el entrenador celeste, también repasó junto a El Show los vaivenes de esos días: “Tuvimos la última práctica en el Cilindro, doy la lista y después viene Nico: ‘Chopo, ¿¿Gustavito no viaja?? No, no viaja. Entonces yo no voy. Ta, no vas’. Quedó por esa. En su lugar iba Pepe Rondán de Basañez. Todo eso el jueves de noche. El viernes va al banco a hablar conmigo, pero ya estaba todo hecho. Yo perdía, porque me iba a jugar el Mundial con un pivot menos”.

“También en aquel momento estaba el lío entre el futsal y el fútbol de salón. Había un Sudamericano en Colombia cerca. Había mucho tironeo en esa época”, agrega Muñiz, señalando los tiempos difíciles que se vivían, con enfrentamientos dirigenciales constantes. Uruguay terminó cerca de meterse en semifinales (6to) en aquel Mundial de España, una campaña histórica que hace poco rememoramos en un informe especial.

Moliterno reflexionó también en el libro sobre dicha situación: “Muchos amigos nos decían: ‘¿Por qué no lo pensás?’. Nosotros nos habíamos cerrado mucho. Capaz que con el tiempo…. Era muy fuerte renunciar a jugar un Mundial de Fútbol Sala”. La revancha llegó cuatro años después, cuando Uruguay clasificó a Guatemala 2000, un torneo donde a la Celeste no le va bien (eliminada en primera fase), en lo que fue a la postre, el único Mundial FIFA que pudieron disputar Nico y el Negro Miguel.

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